Además de ser uno de los más lúcidos militantes que ha dado el peronismo, Rodolfo Walsh era, entre otras cosas, periodista y escritor. Combinando estas actividades, en el 56 realiza una magistral investigación sobre los fusilamientos de José León Suarez, en donde investiga y descubre la perversa secuencia de asesinatos de peronistas durante el alzamiento del Gral. Valle. Esa obra, Operación Masacre, además de iniciar un género en la literatura mundial: la novela periodística o de no-ficción, contribuyó a desenmascarar a la sangrienta dictadura de Aramburu y Rojas y fue cita obligada de generaciones de peronistas, que conocían así la verdad de lo sucedido, a partir de la pluma del compañero Walsh. Pero Operación Masacre no es la obra de un periodista ni la de un escritor, para gestarla, Walsh “quema las naves” y toma partido, se compromete frontalmente con la causa de los oprimidos, que en nuestro país significa formar parte del movimiento peronista. Comienza a ser un perseguido, cambia su nombre, sus lugares de residencia, es un clandestino.
Al igual que John W
Cooke y tantos otros peronistas, en el 59 se encuentra en
Cuba, poniendo lo mejor de sí para defender la revolución
triunfante. Con su colega Jorge Masetti, fundan Prensa
Latina, una experiencia brillante que servía para informar sobre los
avances del proceso revolucionario y contrarrestar el “pescado podrido” que
enviaban desde el imperio. En esa tarea, Walsh desencripta un
mensaje en clave, en donde descubre el inminente desembarco de mercenarios
cubanos y yanquis en Bahía de los Cochinos en 1961. Su aporte
es inestimable ya que permite al pueblo cubano ganar tiempo y prepararse para la
defensa de la revolución.
Para ese entonces es un hombre de la
Resistencia Peronista. En el 68, luego de un viaje a Cuba,
se entrevista en Madrid con Perón. El General, a su vez, le
presenta a Raimundo Ongaro, a quien encarga conformar un
nucleamiento obrero combativo que le dispute el poder a la burocracia sindical,
a Walsh, le propone la tarea de dirigir el periódico de dicha
experiencia. Nace así la CGT de los Argentinos
y su periódico homónimo. Hacia fines de los 60 es un hombre del Peronimo
de Base y de las Fuerzas Armadas Peronistas. Luego que
los Montoneros ajustician a Aramburu, empieza
a tomar contactos con la organización. En el 72 escribe en el Semanario
Villero, en el 73 se incorpora a Montoneros como
oficial del área de inteligencia. También trabaja junto a su compañero de
militancia y amigo “Paco” Urondo, en el diario
Noticias y en la revista Militancia.
Trabajando para Noticias, viaja a Medio Oriente en el 74, a tomar notas sobre el
conflicto palestino-israeli, ese material se conoce como “La Revolución
Palestina”.
Viejo y experimentado peronista de la resistencia,
Walsh percibe algunos de los desaciertos que estaba teniendo la
Conducción Nacional Montonera. Remite las observaciones a la Conducción Nacional
y propone mecanismos correctores. Hacia el 75, mientras la CN tenía una postura
de optimista euforia, Walsh se da cuenta que la batalla está
perdida. Propone el repliegue para preservar a los militantes, volver a la
resistencia, diluirse en el pueblo peronista, en los trabajadores. Pese a no
tenerse en cuenta por la Conducción Nacional sus propuestas, continúa luchando
en la organización. Ya dado el golpe del 76 y en el clima de censura de la
época, crea ANCLA, la agencia de noticias clandestina. En los
encabezados de los cables propone: “Cada corresponsal puede ser usted mismo. Un
instrumento para que se libere del terror y libere a los otros del terror.
Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance, a
mano, a copia, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos, 9 de cada 10
la estarán esperando. Millones quieren ser informados, el terror se basa en la
incomunicación, rompa el aislamiento, vuelva a sentir la satisfacción ética de
un acto de libertad, derrote al terror”
El 29 de Septiembre de 1976, su
hija Victoria, también montonera, muere peleando junto a cuatro
compañeros en “El combate de la calle Corro”,
Walsh narrará los sucesos en "Carta a mis amigos". Ese año también cae peleando en
Mendoza “Paco” Urondo. Montoneros se acerca al
desastre total. Walsh apunta que «nuestra teoría ha galopado
kilómetros adelante de la realidad, cuando eso ocurre, la vanguardia corre el
riesgo de convertirse en patrulla perdida». Y también: “Entiendo que Montoneros
debe seguir la dirección de retirada marcada por el pueblo, que es hacia el
peronismo, y que la única propuesta aglutinante que podemos formular a las masas
es la resistencia popular, cuya vanguardia en la clase trabajadora debe ser
nuevamente la resistencia peronista”. Si hasta entonces las armas eran el fusil
y la Energa, habría que reemplazarlas por el mimeógrafo y el caño. Volver a las
fuentes, a las bases.
El 24 de Marzo del 77, al
cumplirse el primer aniversario del golpe, manda a las redacciones de los
diarios y a personalidades de la política, la "Carta abierta de un periodista a la Junta Militar", que constituye una
insuperable denuncia sobre los crímenes políticos y económicos cometidos por la
dictadura. Al día siguiente es emboscado en el barrio de San Cristóbal por una
patota de la Armada, que tiene orden de apresarlo vivo. Pero Rodolfo, le gana la
última pulseada a los milicos, y con su pistola se defiende a los tiros, hiere a
uno de los marinos y es acribillado. Su cuerpo sin vida fue visto en la
ESMA.
Negar, ocultar, “olvidar” la militancia política
del compañero Walsh, es un acto deshonesto, y para peor, es hacerles el juego a los que él mismo combatió
a lo largo de su vida, ya que, como dijera Rodolfo: “Nuestras clases
dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no
tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo,
separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las
lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada, cuyos
dueños son los dueños de todas las otras cosas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario